jueves, 13 de agosto de 2009


Diálogo social (entre comillas)

Santiago Niño Becerra - Jueves, 13 de Agosto

¿Se extrañan de leer sobre algo que, según dicen fracasó en Julio?; ¡no!, no se extrañen: aquello que se denominó el ‘Diálogo Social’ y que acabó con una acusación tras una cena, entiendo que está muy vivo: tras el Verano, en Septiembre, quienes tienen que hacerlo, han vuelto / están volviendo / volverán al tema: tienen que hacerlo: es necesario: la escenificación del acuerdo, una foto de la firma. (¿Por qué entre comillas?, pues porque, ¿realmente se trata de un diálogo social?).

Ignoro la génesis del proceso pero intuyo como fue. En el 2007 alguiénes se reunieron en un château y llegaron a la conclusión de que en todas partes, pero sobre todo en economías como la española, iba a sobrar factor trabajo a mansalva una vez certificado el agotamiento del modelo utilizado desde 1991 y, más en concreto, desde el 2002; bien, dijeron, hay que orquestar una estrategia de salida, pero ha de ser creíble ya que la opinión pública debe comprarla, y ha de ser respetuosa con todo el mundo, es decir, nada de imposiciones, ni de malos modos, ni de subidas de tono: mucho respeto pero yendo por donde hay que ir. Y, aquí, empezaron con el llamado ‘diálogo social’ a tres bandas cuyo primer acto ya sabemos como acabó a finales de Julio.

Lo repito: al final de la película sólo hay una cosa: sobra factor trabajo; en la práctica: la oferta de trabajo es superior a la demanda actual y muy superior a la demanda futura, por lo que hay que solucionar eso ya que con los instrumentos económicos y jurídicos actuales no se puede. ¿Cuál es el último porqué?, la crisis sistémica en la que estamos entrando fruto del agotamiento de un modo de funcionar; que sobre factor trabajo es una de las manifestaciones de esa crisis.

Está sobrando factor trabajo y más va a sobrar porque la productividad va a aumentar, sí, pero, además, porque mucha demanda de trabajo va a desaparecer al volatilizarse un gran número de empresas; por la crisis, claro, pero recuerden que la crisis es la manifestación del agotamiento de un modo de hacer, luego una de las cosas que se han agotado es la necesidad de que haya muchos oferentes (recordarán que ya hemos comentado que vamos hacia una estructura basada en muy grandes corporaciones); OK, pero si eso sucede sobra factor trabajo.
En Septiembre se ha retomando / se está retomando / se retomará el ‘diálogo social’ en una atmósfera muchísimo más degradada a la que se daba cuando, en Julio, se rompió. En esa mayor pendiente en la que seguiremos, la última soflama del Gobierno será que debe aceptarse una reforma laboral dura, muy dura, como forma inevitable para salir de ‘la crisis’; la última arenga de los sindicatos será que no cejarán de vigilar el cumplimiento de los derechos de los trabajadores subyacentes en esos acuerdos que ineludiblemente tienen que ser firmados para salir de ‘la crisis’; la última exigencia de las patronales será el estricto compromiso de lo acordado por parte de todos los acordantes. Y en Octubre, finalmente, la firma de un papel que legaliza una reforma que ya habrá quedado superada por las circunstancias en el momento en que sea firmada.

Y mientras los firmantes están posando para la foto que inmortalizará el momento, ya estarán pensando en qué dirán cuando, se haga evidente que ese acuerdo ‘ni arregla la economía’, ‘ni mejora el empleo’; pero eso ya será mañana.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.


SNB esta afirmando que en Octubre se firmará un Acuerdo Social que implicará una dura reforma laboral a los trabajadores. Se moja mucho este hombre.

Pero sí que da la impresión de que esa sea la Hoja de Ruta. Para evitar un descontento de los trabajadores por esa dura reforma, ahora da la impresión de que el gobierno ha "acojonado" a la CEOE y les ha "puesto en su sitio".

De esa manera , lo que pase en octubre será más digerible porque no ha habido una bajada de pantalones ante la CEOE, por lo menos a las primeras de cambio.

Si a eso le unimos lo de los 420 durante 6 meses, la gente se hace sus cuentas. Si me despiden en enero, me quedan 16 meses de paro, y luego 6 meses más..... pues bueno, con la cipo que ha bajado tanto, y ahora que ya no gasto tanto puedo estar unos dos años disfrutando de mis hijos, haciendo ese viaje que nunca hice, acabando la tesis doctoral que dejé tirada hace unos años al ponerme a currar, así cuidaré de mi madre que tiene un alzheimer que empeora (y de paso me llevo entre 300 y 500 de la dependencia).....

Y esas cuentas harán que si me despiden y abaratan el despido yo me lo tome con cierta calma y no salga a la calle a liarla.