miércoles, 29 de diciembre de 2010

VICIOS OCULTOS ,EVICCION- COCOONING



En primer lugar, en relación con lo que apuntan estos últimos comentaristas sobre la naturaleza económica de la inversión residencial, hay que decir que, precisamente, el problema es que hemos construido y vendido bienes del inmovilizado material endeudándonos mucho, de modo que:

1) hay que devolver lo que se debe;

2) pero, la construcción no solo no produce nada sino que hay que conservarla y mantenerla y, además, amortizarla en un plazo que, convencionalmente, situamos en 75 años (mínimo de 1% anual y máximo del 2%).

Una buena noticia del pinchazo de la burbuja inmobiliaria es que el dinero hipotecario creado está en bolsillos de personas domiciliadas en España, ya constructores ya vendedores. La mala noticia es que poner estos recursos financieros al servicio de la recuperación es harto difícil por dos motivos:

1) atomización de enriquecidos (acumulación de capital dispersa, sin economías de escala); y

2) cerrazón de deudores hipotecarios, que se niegan a reconocer que han sido víctimas, cuando menos, de una injusticia conmutativa, lo que desbarata cualquier operación de resarcimiento que pudiéramos poner en marcha (p.e., acciones de enriquecimiento injusto, acciones de saneamiento por vicios ocultos y evicción, querellas criminales en pases de suelo obscenos).

¿Ven por qué es verdad solo estamos sufriendo lo malo de la burbuja pero no gozando de ninguna de sus ventajas?

En segundo lugar, a los burbujistas no nos hace falta rajar contra Alemania, como se está haciendo agriamente en este blog y en algunos otros medios de comunicación (pocos, afortunadamente). Nosotros tenemos en la cabeza dos ideas que, al conjugarlas, lo hacen posible:

1) el sector público tiene cinco escalones; local-provincial, regional, estatal (Reino de España), supraestatal (UE, BCE) y mundial (FMI); cada escalón tiene su política fiscal (presupuestaria y tributaria) y tiene o, por ende, debería tener su propia política de endeudamiento; buena parte de los recursos así generados, para transferirlos o prestarlos a su vez a sus escalones inferiores; y

2) que la burbuja inmobiliaria pinche significa que comenzamos a oficializar la insolvencia (desequilibrio patrimonial) que está en la mente de todos (expectativas) y que se expande en círculos concéntricos:

- la "madre de todas las insolvencias" es la del que compró a precios burbujeados, que tiene una mutilación patrimonial cierta (el humo que adquiría con el inmueble resulta que oficialmente ya no vale nada, a pesar de lo pagado); por tanto, si compró con un préstamo a largo plazo, se convierte en un debt-slave no redimible (no puede liquidar sin asumir pérdidas); pero, aquí comienza ya la mixtificación; porque la mutilación es cierta pero no determinada, aunque sí determinable (tasaciones realistas); al principio, es fácil velar lo que está pasando e infundir falsas esperanzas ("eso son solo ciclos, muchacho, la bajada es coyuntural y, además, baja poco");

- la crisis inmobiliario-financiera se hace bancaria; esta insolvencia-madre se comunica al primer círculo concéntrico, a sus entidades de crédito acreedoras; pero, este contagio, ¡atención!, no es inmediata y directamente cuantificable, salvo en el caso de deudores que incurren en mora ipso facto (promotores); así se pone en marcha la crisis bancaria; pero, la mixtificación se recrudece; porque, salvo en derivados financieros de aseguramiento cuyo subyacente es la inversión crediticio hipotecaria, las entidades de crédito pueden seguir dando ganancias contables en la medida en la que decidan no provisionar bien la descolateralización inmobiliaria, que se evidenciará a lo largo de la vida de los préstamos concedidos;

- tercera capa de la cebolla; la crisis bancaria se hace soberana; la crisis bancaria obliga a los bancos centrales (banqueros de bancos) a ayudar a sus entidades de crédito (last resort lending); pero, los bancos centrales son los banqueros de los Estados (tercer escalón del sector público) y se financian gracias a la capacidad de endeudamiento de éstos, que, a su vez, depende de la capacidad de repago que reside en su sistema fiscal (ahorros presupuestarios y recaudación tributaria); y los Estados necesitan tener un buen acceso al ahorro, no por causa de la burbuja, sino para financiar su gasto presupuestario ordinario, máxime en situaciones de recesión;

- cuarto paso; los Estados involucran en su necesidad de endeudamiento al Supraestado; entonces, la crisis soberana se europeíza, o sea, se comunica al siguiente escalón del sector público; y aquí es donde nos encontramos y nos vamos a quedar (lo nuestro no va a saltar al sector público mundial); entonces, aparecen dos problemas relacionados; a) no hay instituciones adecuadas en la UE (estabilidad formal sin unión fiscal, regla de no bail-out, discrecionalidad en materia de fondo de rescate y emisión de eurobonos); y b) ante "los mercados", no todos los Estados tienen el mismo "crédito" (prestigio, renombre, solvencia); es más, unos tienen mucho (el Estado alemán), otros no tanto, otros lo estamos comprometiendo a un ritmo indeseablemente rápido, y otros tenían tan poco y eran tan manejables que han podido conseguir trajes a medida (planes formales de rescate y reestructuración de deudas); afortunadamente, en esta crisis, no hay Estados "basura" de la UE-25 tocados (que me perdonen los de AAEE por el calificativo), aunque otras vendrán que buena la harán; retomando el hilo argumental, surgen, así, tensiones entre los "credit worthy" (el Estado alemán) y los que tienen apuros, que sueñan con gozar "de gratis" (con el mínimo de aprietos presupuestarios) de la buena imagen ante los mercados que tienen los no-cigarras; en las casas de los cigarras, incluso, hay mentecatos que, tirando piedras contra su propio tejado, se hinchan a rajar, no ya contra que los no-cigarras exijan sobriedad, sino contra la propia fortaleza financiera de los no-cigarras; así circulan informacioncitas y articulitos (que espero que estén siendo convenientemente monitorizados) que ponen estúpidamente en cuestión lo mejor que tenemos como europeos, que no es sino la robustez, la corpulencia, la solidez, la salud de nuestros mejores; pero, ¿por qué lo hacen?; ¡lo hacen porque se niegan a reconocer la etiología inmobiliaria de la crisis!; para ellos, esta crisis está causada por la mala conducta de la banca (sobre todo americana y alemana, por contra, la española es "santa") y por la negligencia de los reguladores (americanos y euro-alemanes, por contra, los españoles, "santos"); el esquemita mental no puede ser tan simplón y desvergonzado: "vosotros, lobos, nos habéis metido, vosotros nos sacáis, porque nosotros somos corderos ".

Lo que los ppcc podemos decir es que ya sabemos cómo va a acabar esto.

No cabe duda que, al final, el reputación crediticia del Estado alemán subviene al auxilio del Estado español, pero, eso sí, inmo-Capitulación mediante.

Urge, pues, reprimir la altivez. El antigermanismo inicial tiene como atenuante que estamos negociando las mejores condiciones de la rendición. Pero, esto es cuestión de semanas.

Antes he dicho que "nos vamos a quedar aquí", en el escalón UE. A diferencia de los casos griego e irlandés, el caso español tiene tamaño institucional crítico. No es administrable mediante la sola fuerza expansiva de las instituciones europeas vigentes; hacen falta cambios; nosotros vamos a ser los catalizadores de una reforma sustancial del modus operandi financiero público europeo.

Señores, la Transición-2025, como siempre decimos, es más Europa, no menos. Y más Europa es más Alemania-Francia. Volvamos a los visigodos, a los Austrias, a los Borbones. Y dejémonos de experimentitos, casis siempre propiciados por la soberbia neoprovinciana, estimulada por una pésima Ley Electoral.

Finalmente, y en relación con esto último, llegamos al "cocooning" de la señorita Pepis que plantean los nacioncitas étnico-culturales en este blog. Su error infantil está en creer que la recentralización o rebobinado de autonomía presupuestaria regional va a hacerse resucitando el avasallamiento del nacional-catolicismo "español". Cree el ladrón que todos son de su condición. Los nacionalistas étnico-culturales están convencidos que todo ser humano es como piensan ellos de sí mismos, que son miembros de una nación étnico-cultural, que les da la "identidad". En sus cabezas deformadas por el pensamiento fascistoide no cabe que la nacionalidad solo una cuestión jurídico-política. Algo parecido podemos decir en relación con la religión. Hay necios que creen que la religión es mera fenomenología. La culpa la tiene el adocenamiento mental en que nos ha metido la ficción del Capitalismo popular. Mi pisito un capital, mi terruñito una nación.

La recentralización es un proceso no territorial, consecuencia de la responsabilización fiscal de las regiones, que se sustanciará mediante instrumentos tales como la protocolización de procedimientos, la normalización informática y la consorciación. El problema es que esta evolución está en stand-by, esperando con paciencia franciscana a que los "economistas observadores", por fin, decidan abandonar su inmovilismo.

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