lunes, 15 de junio de 2009

george orwel


Sesenta años del 'Gran Hermano' de George Orwell


El 8 de junio de 1949, hace ya sesenta años, se publicó una de las novelas fundamentales de la ciencia ficción del siglo XX: Mil novecientos ochenta y cuatro, de George Orwell. Junto a ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley y ‘Fahrenheit 451’ de Ray Bradbury, la novela de Orwell encarna la distopía de principios del siglo XX.

Si el término ‘utopía’ hace referencia a un lugar ficticio en el que la sociedad se desarrolla según un ideal de perfección, la ‘distopía’ es una utopía negativa o perversa: en ella el mundo imaginado adquiere tintes apocalípticos. Mientras que las ficciones literarias utópicas transcurren en lugares indeterminados, no relacionados con la sociedad actual, las distópicas se erigen como amenazas surgidas de la realidad, por lo que las alusiones políticas y morales suelen ser directas.

George Orwell (1903-1950) comenzó a escribirla en 1945, pero redactó la mayor parte en 1948 durante su estancia en la isla de Jura (Escocia). El título original, ‘The Last Man in Europe’ (‘El último hombre en Europa’), fue sustituido a instancia de los editores británicos y estadounidenses por el de ‘Mil novecientos ochenta y cuatro’, aparentemente debido a motivos comerciales

La acción de ‘1984’ transcurre en una Inglaterra futura en que la sociedad se divide en dos grandes grupos: por un lado, los miembros del Partido Único, que detentan el poder absoluto y cuyas consignas son: “La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”; por otro, la masa de población que vive atemorizada y sometida a los primeros. Por su parte, el escenario mundial es disputado por tres superpotencias: Oceanía (cuna del Ingsoc, es decir, del socialismo inglés), Eurasia (donde impera el neobolchevismo) y Estasia (regida por la Adoración de la Muerte o Desaparición del Yo).

El Partido Único ejerce el poder a través de cuatro ministerios de claras funciones: el Ministerio del Amor (encargado del castigo y la tortura), el Ministerio de la Paz (en búsqueda de la guerra permanente), el Ministerio de la Abundancia (que maneja la economía para que la población subsista con lo mínimo) y el Ministerio de la Verdad (donde se destruye y manipula la documentación histórica). En este último organismo trabaja el protagonista de la novela, Winston Smith.

Los ideales del Partido están encarnados en el Gran Hermano: omnipresente, omnipotente y omnisciente, un dios futurista que controla el pensamiento y la acción. La sociedad por entero y sus valores quedan subyugados a la voluntad de un ente superior que anula la individualidad. Para ello, las herramientas empleadas son el lavado de cerebro, la supresión del libre pensamiento, la educación totalitaria, el lenguaje, etc., es decir, los instrumentos propios de cualquier totalitarismo.

La acción de ‘1984’ debe analizarse a la luz del contexto político en que Orwell la concibió: un mundo desgastado al término de la Segunda Guerra Mundial e inmerso en plena Guerra Fría, con el auge del Stalinismo. En realidad, el Gran Hermano alude directamente a Stalin y su culto a la personalidad, mientras que el principal enemigo del régimen, Emmanuel Goldstein, encarna a Trostky.

No hay comentarios:

Publicar un comentario