domingo, 25 de octubre de 2009



Cita:
La clase media, la que pagará los impuestos anunciados, es la que sufriría el desplome de precios.
Esta es la frase que lo resume todo. Pagamos sí o sí y se plantea ese pago con dos opciones:

A - Lento, con ventaja para el que posee posiciones en el Negocio, a saber: banca, ayuntamientos en deuda, promotores, amiguetes. Se trataría de evitar el desplome por liquidación. No les importa que las restricciones crediticias de la iliquidez que provoca el mantenimiento de pisitos en balance agrave la situación de los oficios que no pertenecen a la parte financiera, administrativa o especulativa del Negocio.

B - Rápido. La clase media sufriría el desplome de precios, sí, pero esas pérdidas se reparten entre más ciudadanos que, mayormente, han tenido antes una inmerecida revalorización. Los jóvenes, accederían antes a las viviendas en alquiler o propiedad. El desbloqueo del crédito a familias y PYMES no nos quitaría el golpe de la crisis, pero se haría más llevadero, duraría menos lustros y no habría la retroalimentación actual, con empresas viables puestas al borde del precipicio o desaparecidas por la iliquidez que se traslada por toda la cadena de relaciones entre empresas.

La diferencia entre A y B es que B mata al Negociete y crea un futuro arraigo moral. Cualquier intento posterior de colar precios y "riqueza" al pueblo con ladrillos sería mucho más difícil.
Con la opción B todo el suelo en transformación no vale un carajo. Todos los préstamos adjudicados a ayuntamientos con la garantía de que éstos poseen el control de una necesidad básica y por ello poseen solvencia, se harían impagables. Las oportunidades de medrar por amiguimismo se acabarían.
La opción B es causa potencial de que cientos de miles de pepitos se nieguen a pagar por algo que vale menos que su hipoteca. Es un impulso irresistible y, siendo el país que somos, serían bien vistos socialmente (perdiendo el pisito, claro, sino serían unos hijoputas para todos).

Lo que está en juego es mucho más que el destino de una cantidad colosal de vivienda. Está en juego nada menos que lo que coloca a unos encima y a otros debajo, aquello que alimentará a la siguiente generación de palilleros. Lo llevan crudo para ello tanto con la opción A como con la B, pero la A les deja respirar mientras hacen lobby para colocarnos el ladrillo sin tener que ceder tanto o para ganar tiempo y que el pufo a nivel estatal sea tan grande que casi nos de lo mismo pagar las plusvalías que ahora no pueden realizar con nuestros impuestos con tal de tener algo que llevarnos a la boca.

La opción A es criminal. Es un chantaje a toda la sociedad, algo intolerable.

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